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Catholic News Herald

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CIUDAD DEL VATICANO — Se ha pedido a los sacerdotes que tomen precauciones especiales contra el Coronavirus este año cuando distribuyan cenizas el 17 de febrero, Miércoles de Ceniza, incluyendo el rociar cenizas en la parte superior de la cabeza de las personas en lugar de usarlas para hacer la cruz tradicional en la frente de las personas.

Una nota acerca de la “distribución de cenizas en tiempo de pandemia” de la Congregación del Vaticano para el Culto Divino y los Sacramentos fue compartida el 21 de enero con los sacerdotes de la Diócesis de Charlotte.

La nota instruye a los sacerdotes a decir “la oración para bendecir las cenizas” y luego rociarlas “con agua bendita, sin decir nada”.

“Luego se dirigirá a todos los presentes y sólo una vez dirá la fórmula, tal como aparece en el Misal Romano, aplicándola a todos en general: ‘Arrepiéntanse y crean en el Evangelio’ o ‘Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás’. A continuación, el sacerdote se limpiará las manos, se pondrá una mascarilla y distribuirá las cenizas a los que se acerquen a él o, si procede, se dirigirá a los que están parados en sus lugares. El sacerdote tomará las cenizas y las esparcirá sobre la cabeza de cada uno sin decir nada”.

Además de los sacerdotes, los diáconos y ministros laicos delegados también podrán distribuir cenizas de manera similar.

La práctica habitual el Miércoles de Ceniza es repetir la fórmula: ‘Arrepiéntete y cree en el Evangelio’ o ‘Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás’ a cada persona mientras las cenizas se esparcen en la parte superior de su cabeza o se frotan en su frente.

Rociar cenizas en la parte superior de la cabeza de las personas, en lugar de marcar la frente con cenizas, es práctica habitual en el Vaticano e Italia. Dada la propagación del Coronavirus, la práctica tiene la ventaja de no requerir que el sacerdote toque a varias personas.

El Miércoles de Ceniza marca el comienzo de la Cuaresma y es día sagrado de ayuno y abstinencia. Las cenizas son un antiguo signo bíblico de demostración externa de arrepentimiento por nuestros pecados y un recordatorio de nuestra mortalidad.

En este Miércoles de Ceniza, la obligación de asistir a Misa permanece suspendida para todos los católicos de la diócesis, y se pide a las personas que ejerzan su juicio prudente al decidir si asistirán a Misa. Se recomienda encarecidamente a las personas enfermas o vulnerables a la infección que se queden en casa y asistan a

Misa virtualmente por televisión o transmitida en vivo online. (Una lista de Misas online disponibles se encuentra en la página 4).

La dispensa de la Misa no elimina la obligación de santificar el día del Señor. Procure abstenerse de trabajar, dedique tiempo a la oración individualmente y en familia, y extienda la caridad a los demás. Si no puede asistir a Misa, se le anima a realizar una comunión espiritual.

— Servicio Catololico de Noticias. Contribuyó Patricia L. Guilfoyle, editora